El origen de los dados
Un dado es un objeto de forma poliédrica que se emplea para obtener un resultado aleatorio. Se usan desde tiempo inmemorial.
Son una evolución de las tabas (hueso corto del pie que está situado en la parte superior y central del tarso y que se articula con la tibia y el peroné.) y son las base de numerosos juegos de azar . El vocablo «dado» tiene su origen primitivo en el árabe clásico a‘dād, que significa número. En Roma tuvieron gran éxito y se les denominaba con el término álea, que luego derivaría en azar. ¿Os suena la famosísima frase de Julio César de Alea jacta est? Se supone que significa “La suerte está echada” o también “el dado ha sido tirado”.
Los dados se fabricaban con numerosos materiales. Los dados primitivos eran normalmente de marfil o hueso, pero existen dados de materiales más nobles en la antigüedad de bronce o planta incluso vidrio. Como donde hay juego, hay fraude, se conservan dados romanos con plomo en alguno de sus lados. Los romanos designaban todas estas piezas lúdicas con el nombre de téseras de juego y fueron muy famosas y se expandieron por todo el Mediterráneo.
La forma de los dados es la de un poliedro que representa un sólido platónico. Los sólidos platónicos son estructuras volumétricas que representan al cubo (6 caras), al octaedro (8 caras), al dodecaedro (doce caras) y al icosaedro (20 caras). Pero existen dados de formas raras, extrañas e incluso, extravagantes.
Uno de los más conocidos es el Zocchiedro:
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