A vueltas con el kilogramo

Igual no te has enterado pero el día 20 de mayo de 2019, es un día histórico para la metrología, ciencia que se encarga del estudio y definición de las unidades y magnitudes de medida, ya que el kilogramo…ha dejado de ser lo que siempre fue. Te contamos un poco que ha cambiado.

El kilogramo ha sido una unidad de medida aprobada hace 130 años por el Sistema Internacional de unidades de medida. En todo este tiempo su deficinión ha permanecido invariable, hasta ahora. Se ha modificado la manera por la cual calculamos la masa además de otras unidades como el kelvin (temperatura) el amperio (intensidad de corriente eléctrica) y el mol (cantidad de sustancia). Desde el 20 de mayo de 2019, se basarán en constantes universales que son absolutamente invariables. ¿Para qué se hace esto? Pues para que un kilogramo, un kelvin o un amperio tenga el mismo valor de medida en España o en Júpiter.

El motivo de este cambio es que el modelo de referencia de la masa que era un pesa física formada por una aleación de platino e iridio, ha fluctuado su masa en los últimos años aproximadamente 50 microgramos ( 0,000001 gramos). ¿No parece mucho no? Pero pensad que hoy en día nos movemos en campos científicos con medidas en la nanoescala, y una variación ínfima puede generar diferencias abismales. Por ello, es necesario la redefinición de estas medidas, para un uso completo y garantizado de las mismas. Esto también necesitará mejores calibraciones del instrumental ya que no se permiten prácticamente incertidumbres en las medidas.

Pero, ¿nos afecta mucho esto en la vida cotidiana? Pues la verdad es que no, un kilogramo de patatas seguirá pesando lo mismo, pero a nivel técnico estas magnitudes se medirán basándonos en constantes físicas:

  • El Kilogramo se medirá a partir de la constante de Planck
  • El Amperio a partir de la carga del electrón
  • El Kelvin a partir de la constante de Boltzman
  • El Mol según la constate de Avogadro

También se piensa en el futuro redimensionar tanto el segundo, como el metro o la candela (medida de intensidad lumínica). Fijaros por ejemplo en el metro que mide la distancia, una modificación de la medida de unos pocos nanosegundos, puede significar una diferencia de varias decenas de metros en un movimiento a gran velocidad, algo que por ejemplo afecta a las medidas GPS.

También se tendrá que revisar el segundo, hoy medidos por el patrón de ciclos de un átomo de cesio (reloj atómico) y que se piensa, en un futuro no muy lejano, emplear un patrón de reloj óptico, mucho más preciso.

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